Ximena Dávila
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Humberto Maurana
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Sebastián Gaggero
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Arthur Asnis
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Claudio Yusta
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Margarita Bosch
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Guilherme Branco
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Omar Ossés
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Gloria Cano
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En esta deriva, participe invitado a colaborar en la orientación de un proceso de armonización psíquica-corporal, entrelazadamente con nuestro conversar-reflexionar-experienciar-explicar, durante la semana de encuentro presencial.
Para explorar aspectos fundamentales, desde la corporalidad exploramos dinámicas psíquicas corporales, sensoriales, para el aprendizaje experiencial en un entrelazamiento de las distinciones vistas, junto con el equipo que integramos.
Los fundamentos de estas dinámicas provienen de mi experiencia en el dominio del Aikido y su articulación con el aprendizaje en organizaciones y mi entendimiento que esto ocurre inmerso en una Matriz Biológica-Cultural.
En este contexto la invitación a los participantes y equipo era reflexionar sobre las diferentes distinciones, reflexiones y haceres durante 5 días, incluyendo todo un año de estudio.
El entendimiento de la armonización mente-cuerpo
Invitamos a encontrarnos en el experienciar la unicidad psíquica-corporal, atendiendo a nuestros sentires íntimos, tanto en la experiencia cómo en la explicación de la experiencia, desde dinámicas corporales/relacionales en la armonización psíquica-corporal que realizamos juntos entrelazadamente con nuestro conversar-reflexionar-experienciar-explicar.
Los fundamentos de estas prácticas provienen de la articulación, investigación e implementación de diferentes abordajes. Aiki Training, surge como una dinámica relacional hacia la armonización y conciencia psíquica, corporal, sensorial, emocional y de sentires íntimos. Dicha dinámica está basada en el entendimiento y experiencia de la práctica de disciplinas orientales y su relación con el vivir humano en organizaciones.
Si bien las artes marciales japonesas fueron creadas en condiciones de guerra, para defender la vida de un clan o de una persona, el Aikido, nació en el marco de la segunda guerra mundial con una visión diferente.
“Voy a llamar Aikido a este arte marcial, para armonizar a todos los seres del universo”, O´Sensei Morihei Ueshiba.
AI: Armonía
KI: Energía
DO: Camino o vía
El creador del Aikido era reconocido en todo el Japón por sus habilidades en diferentes artes de combate, su constante búsqueda e inquietud desde la pregunta ¿Cuál es el sentido del Bu-do (el camino del guerrero)? Esta pregunta lo llevó a dominar diferentes artes, filosofía zen y religión. Desde su experto dominio de técnicas marciales, sostenía que “lo más fácil es lastimar a otros con una buena técnica, el desafío es desarmar una situación conflictiva sin lastimar a otros ni salir lastimado uno en el encuentro”.
Así, podemos distinguir como en las victorias por la fuerza, se generan resentimientos que rompen la armonía. Desde su curiosidad estudió las diferentes fuerzas del universo y de la naturaleza para un entendimiento sistémico de las leyes del mismo. De esta forma, podemos abstraer que en su quehacer observó coherencias operacionales de la naturaleza.
En su experiencia de develación relata:
“El cielo y tierra vibraron ante mí. Desde la tierra, una nube de polvo dorado rodeó mi cuerpo transformándome, y en ese preciso momento yo estaba en el aire. Entendí el idioma de los pájaros y de la naturaleza, y tuve clara conciencia de Dios, el Creador del universo. Entendí que la raíz del arte marcial está en el amor a Dios y a todas las cosas que son Dios. Esta conciencia me hizo feliz. Comprendí que el arte marcial no es herir a otro ser humano con fuerza o armas, al contrario, es amar a otro ser humano y es no derrotar el mundo con guerras sino construir un mundo mejor.” O´Sensei Ueshiba Morihei.
Desde el entender que los seres humanos nos conducimos desde nuestra condición de seres relacionales que vivimos en una biosfera o medio que nos contiene, nos conservamos y desarrollamos en una armonía personal, relacional y con el medio en el que vivimos. De esta forma, podemos observar que, dada la cultura patriarcal-matriarcal en la que vivimos, hemos aprendido un modo de vivir donde la agresión, lucha, sometimiento, invalidación y castigo son aspectos casi inconscientes de este vivir cultural, ya que habitamos dichos espacios sin mayor consciencia de ellos. La invitación es a tomar conciencia que este modelo vive en nuestra corporalidad en un modo de operar histórico cultural.
La visión del creador del Aikido, descansaba sobre el crear un arte que opere hacia la armonización de todos los seres del universo. Así, estableció dos principios fundamentales:
• La No-Competencia: No hay torneos en Aikido, es único desafío es la mejora continua de uno mismo. En la competencia no hay armonía, para que uno gane otro tiene que perder.
• Sólo se practica con una o más personas: No se puede practicar solo. Necesito cuidar a otros y facilitar su aprendizaje para ser cuidado y otros faciliten mi aprendizaje.
Dadas estas condiciones, nos transformamos en la convivencia en la coordinación de coordinaciones de sentíres, emociones y conductas, en este espacio de conservación de la armonía, el respeto, la confianza y el bien-estar que trae como consecuencia este modo de vivir.
Algunos maestros hacen referencia al Zen, como el Aikido en quietud y al Aikido, como el Zen en movimiento. Las prácticas contemplativas, son parte de las dinámicas. Otras son meditaciones en movimiento para aprender nuevos paradigmas que desafían el modelo histórico de control fuerza, lucha, poder y sometimiento. Son dinámicas que en su realización nos abren un espacio dentro del cual se hace posible centrarnos armónicamente con nosotros en relaciones con otros en el reflexionar y en el coordinar acciones consensuadas consigo mismo y otros, en medios culturales y geográficos dónde nos encontramos.
Mis reflexiones después de la experiencia
Fue una experiencia genial, sentí, inclusión, presencia, atención, respeto, confianza e intimidad en el equipo que conformamos.
La participación permanente y presencia de parte de Ximena y Humberto en las dinámicas y en la reflexión magistral a posteriori, en un entrelazamiento de las distinciones, las inquietudes de los participantes y el fundamento científico y cultural de las mismas.
El reconocimiento, respeto y confianza se manifestaba a cada momento.
Las reflexiones de los participantes sobre las experiencias y la alquimia producida por las diferentes dinámicas, que involucraban el movimiento, respiraciones, meditaciones, para una armonización personal y con otros, para la reflexión y la coordinación de coordinaciones consensuadas.
La alegría de habernos conocido en el hacer y en las conversaciones de acuerdos de colaboración en proyectos a futuro.
Una nueva reconfiguración de sentires relacionales en lo personal y profesional.