Viernes, 9 de octubre 2009 • 9:30 am-12pm
Oradores: Linda Lantieri, M.A.
Panelistas: SS el Dalai Lama, Peter Benson, Ph.D. ,Martin Brokenleg, Ph.D. Nancy Eisenberg, Ph.D. Matthieu Ricard, Ph.D.
Moderador: Mark Greenberg, Ph.D.
Intérprete: Thupten Jinpa, Ph.D.
La compasión y la empatía son fundamentales para la moral y el desarrollo del carácter y de cualquier visión de un más amable, más justo, más solidario y de la sociedad y el mundo. Emociones complejas que encarnan una conciencia de la interconexión con los demás, la compasión y la empatía servir de base para el altruismo, la cooperación, ayuda, y la conducta pro social otros. El Dalai Lama señala que los seres humanos tienen una propensión natural de la compasión y la empatía, pero tienen “la necesidad de formación especializada” para extender este sentimiento más allá del círculo inmediato de familiares, amigos, y otros que se identifican con detenimiento. Un desafío clave en la educación de los ciudadanos del mundo se está ampliando el círculo de preocupación para abarcar el más amplio, el mundo interdependiente en toda su diversidad. Las estrategias educativas encaminadas a reforzar el respeto por la diversidad puede ser más eficaz cuando se concentra tanto en el valor y la experiencia de la diversidad, así como en elementos comunes de profundidad en la experiencia humana que transcienden la cultura (por ejemplo, el deseo de felicidad).
Tradiciones contemplativas se han acercado a la compasión, como una habilidad que puede aprenderse que, idealmente, se desarrolla en una cualidad positiva duradera, transformando nuestra respuesta automática al mundo de un modo reactivo y centrado en sí mismo a una más reflexiva y otra centrada en el modo. El cultivo de la compasión, la empatía, y otras emociones virtuosas es enseñado tradicionalmente a través de un repertorio rico, culturalmente arraigadas de las técnicas de reflexión y cognitivas, así como modelos a imitar. ¿Es posible extraer el núcleo de la sabiduría de estas prácticas desde sus orígenes religiosos y culturales, sin quitarle poder de ellos, y si es así, puede que ofrecen un recurso valioso para los objetivos de la moral y la educación del carácter secular en contextos sociales como las escuelas? ¿Cuáles son los elementos de la cultura escolar, que tendría que cambiar para lograr estos beneficios?
Prácticas contemplativas que cultivar la compasión y la empatía también puede apoyar el aprendizaje cognitivo y ayudar a los jóvenes a descubrir efectos significativos en sus vidas y el compromiso apasionado en sus comunidades inmediatas y de largo alcance. Estas prácticas podrían complementar, o integrarse en, curso de instrucción curricular y los esfuerzos encaminados a enseñar a los estudiantes acerca de la participación cívica, la justicia social, la responsabilidad ética y toma de decisiones morales en los profundos y duraderos, y formas de transformación. Investigaciones sobre el cerebro procesa los prejuicios y la intolerancia subyacente sugiere que las prácticas contemplativa que mejoran la atención y la regulación emocional también puede provocar perjuicio a la conciencia y así ofrecer un punto de apoyo para el cambio. Otros estudios han examinado los factores que determinan la empatía por el sufrimiento de los demás puede transformarse en un comportamiento compasivo, en lugar de ayudar a la tristeza o el miedo abrumador. La colaboración entre educadores, científicos y contemplativos en las cuestiones de este tipo podría acercarnos a una nueva comprensión de la mejor manera de educar el corazón compasivo de formas apropiadas para el desarrollo.