¿Cuáles son las emociones aflictivas que provocan sufrimiento en las personas en organizaciones, a las cuáles son ciegos ya que es parte de lo “normal”?
La desconfianza, el resentimiento, la resignación, la envidia, la arrogancia, la vanidad, entre otras.
El miedo, el enojo interfieren el aprendizaje.
La educación técnica prepara trabajadores en competencias técnicas, no forma personas integrales.
Los valores y prácticas no se enseñan, se viven.
La compasión se vive en los ojos, en la cara, en la sonrisa, en mostrar la compasión.
Hay dos niveles de compasión, uno biológico, tal vez lo que entiendo que dice el Dr. Maturana, los seres humanos nacemos amorosos y en la confianza que venimos a un mundo donde seremos acogidos.
En la naturaleza cuando vemos a las madres con sus crías, así sea un cocodrilo, podemos ver que lleva en un acto de cuidado y confianza a sus crías.
En los monos eso se hace más evidente.
El otro nivel es conductual, con las relaciones sociales con las que convivimos armónicamente, es más fácil, el desafío es manifestar compasión con aquellos que consideramos nuestros enemigos.
El modelo de competición lleva a comparar, a confrontar, a ganar, a que el otro pierda, a que el otro no tenga presencia, a invalidarlo.
¿Qué habilidades necesitamos desarrollar?
-Compasión
- Flexibilidad
- Determinación
- Auto confianza
- Aceptar que cada persona tiene una manera única de ver la realidad de acuerdo con su historia, sus distinciones, sus deseos.
- Valorar todos los seres vivos y de su entorno
- Manejar las emociones
- Cultivar una mente saludable
- Reducir el sufrimiento
Una de las anomalías que veo es la coherencia del modelo occidental.
Dentro de las inquietudes planteadas en el congreso, una de ellas que apareció con mucha recurrencia fue “Qué practicas contemplativas hacer”.
Se habló mucho acerca de que prácticas hacer….se presentaron estudios, casos, datos, etc, pero no se hizo ninguna práctica. Esto es coherente dentro de nuestra cultura occidental que le da prioridad al conocimiento, a la reflexión, al conversar, pero no se hizo ninguna práctica concreta.
Se hablo acerca de prácticas, pero no se practico!
Siendo el cuerpo el lugar donde sentimos nuestros cambios emocionales, la práctica constante y recurrente nos habilita a cambios en nuestra estructura neuronal.
Matthieu Ricard dijo que en nuestra cultura pretendemos que estos aprendizajes se hagan de la noche a la mañana.
Este tipo de prácticas contemplativas se logran con una constancia y recurrencia.
Este punto es fundamental por el hecho que significa un camino de maestría poder intervenir nuestras emociones y acortar el período refractario en el cual estamos reaccionando, casi sin espacio reflexivo comprometido.
Richard Davidson, comenta que la mente cambia, surgen nuevas conexiones neuronales en respuesta a nuevos aprendizajes y a un entrenamiento constante.
Según algunas experiencias, 3 meses de prácticas de meditación, impactaron consistentemente en la regulación de las emociones.