Mis reflexiones sobre lo que Peter Senge comenta acerca de lo que necesitamos aprender del Aikido.
Fragmentaciones en el ámbito de un modo de vivir cultural.
El Aikido como práxis para un cambio cultural.
Estas reflexiones están basadas en mi experiencia como Sensei de Aikido, Consultor y Coach.
Comencé Aikido junto a mi Maestro Shihan Masafumi Sakanashi 7 Dan, en este año cumplo 25 años de práctica del Aikido con la graduación de 4to Dan.
Fui articulando mi entendimiento de Biología -Cultural, Pensamiento Sistémico, Coaching y Teoría U, en un camino de 17 años, desarrollando lo que llamamos “Aiki Training” como Humberto Maturana llamo, “dinámicas de armonización psico-corpo sensoriales, experienciales y reflexivas”, para incorporar un cambio de paradigma basado en el Aikido.
Esta articulación de abordajes es propia y no tiene semejanzas con otras propuestas.
Aikido también llamado el arte de la armonía, AI (armonía) KI (energía) DO (via) se basa en dos principios fundamentales, No competencia y No se puede practicar solo.
La dinámica de la competencia implica un ganador y un perdedor.
En el ganar o perder vive implicito la generación de resentimientos, al vivir el perder como una derrota.
Cuando se vive de esta manera, aparece el resentimiento como emoción tóxica, entonces se convierte en una “promesa oculta de venganza en un tiempo futuro”.
“Ojo por ojo diente por diente”
Cuando un Samurai desenvainaba su sable, ya habia perdido.
La maestria es poder desarticular el conflicto para que no escale a mayores consecuencias.
También lo que puede ser una victoria en un momento y determinado contexto, puede no serlo en otro momento del tiempo y otro contexto.
El Aikido no se puede entrenar solo, necesito de un compañero (Uke).
Se aprende con uno o más colaboradores del aprendizaje.
Es una dinámica muy poderosa porque entrenamos a encontrar la armonía con uno mismo y con otro a partir de una situación de conflicto, un ataque o agarre de parte de uke.
Con el tiempo de práctica se convierte en una meditación en movimiento con otros a partir de situaciones de conflictivas buscando desarticular todos los puntos de resistencia para encontrar un centro propio y con el otro.
Algunos maestros dicen zen dicen que el Zen es Aikido en quietud y el Aikido es Zen en movimiento con otros.
Esta dinámica lo convierte en una práctica bien poderosa para aprender un nuevo cambio cultural, basado en la cooperación, la no resistencia, sin lucha y sin control.
Lo que ocurre en niveles de maestría es una dinámica del fluir en la coordinación de coordinaciones, presentes al escuchar los cambios, manteniendo un centro propio y un centro con el otro.
Solamente estos dos principios básicos, nos llevan a un cambio de consciencia y a incorporar este cambio de paradigma basado en la no competencia, en mantener el centro, en escuchar los puntos de conflicto y salir de los focos de resistencia, radicalmente diferente al modelo mental que vivimos, una cultura basada en la competencia, la lucha, el control, la dominación.
Relación con Teoría U
En la práctica el estar en el momento presente, nos permite suspender los juicios, dado que sólo ocurre en un estado particular de conciencia.
Observar, observar, observar
No observamos con los ojos
Los seres humanos “distinguimos con nuestros sensores” y con eso observamos, un ciego “ve”, un sordo “escucha” con otros sensores.
El observar es una dinámica de hacer distinciones con nuestros sensores, de acuerdo con los crietrios de la cultura a la que pertenecemos.
Centrado, Presencia, Ser uno con el otro, Escucharnos, Meditación en movimientos fluidos, Atentos a lo que está emergiendo, es parte de la dinámica en la Maestría en el Aikido.
Llevar a la acción, es actuar día a día desafiando el modelo cultural actual por el que deseamos basado en la confianza, la colaboración y el coordinar con otros de diferentes culturas.
Reflexiones de Peter Senge acerca de estas distinciones.
https://www.youtube.com/watch?v=6k_1kfP7dao
Omar Ossés
Consultor – Master Coach
Sensei 4 Dan Aikido
www.taishiconsulting.com