Sensibilidad femenina y multitasking para gerenciar cinco estrellas

Las mujeres ganan posiciones también al frente de las propiedades más importantes


Cada dos por tres se publican estudios de universidades norteamericanas que lanzan verdades fabulosas y delirantes. Comprueban que tener perros en el trabajo reduce el estrés; aseguran que los delfines se hacen chistes entre ellos; confirman que tocar la guitarra previene uno de cada seis infartos. Hace unos días, la Universidad de Pennsylvania concluyó que, a diferencia de los hombres, sólo las mujeres pueden hacer dos cosas a la vez.

El dato podría tomarse a la ligera, como el de los delfines, si no fuera porque ejecutivas como Olga Petroni, gerente general del Alvear Palace Hotel, revelan que sí, que “estar en varios lugares a la vez” es un atributo femenino que vale oro en la industria hotelera. Acaso será por esta clase de virtudes que cada vez más hoteles de primera línea están contratando mujeres en puestos que hasta hace poco sólo gobernaban hombres.

“Es cierto que la hotelería ha sido un feudo masculino por excelencia desde su creación en el siglo XIV, pero los cambios en las últimas décadas fueron considerables, y hoy mujeres y hombres trabajan codo a codo en grandes hoteles”, afirma Daniela Shayo, directora regional de The Leading Hotels of The World. Cita algunos ejemplos: “En nuestros establecimientos tenemos casos emblemáticos de propietarias que gerencian el hotel, como Francesca Bortolotto Posatti, que maneja Il Palazzo at the Bauer, en Venecia; Elisabeth Gürtler, que comanda el hotel Sacher, de Viena, o Grace Leo, creadora de algunos de los más bellos e innovadores conceptos en alta hotelería. Y lo hacen con mucha gracia, de una manera más flexible y menos solemne que sus contrapartes masculinos”.

Varias cosas a la vez

Las gerentes consultadas insisten en eso de que pueden hacer muchas cosas a la vez (multitasking, le dicen). “Ese desdoblamiento permite atender varios frentes, los restaurantes, cuartos y banquetes, porque todo tiene que funcionar al unísono”, asegura Rosa Deustua, hotel manager del Country Club Lima Hotel.

También hay un cuidado especial de la mujer por detalles a los que los hombres hacen la vista gorda (¿era tan importante poner ese florero ahí?). “Nosotras somos más comunicativas y siempre estamos pendientes de esas pequeñas cosas que tienen que ver con el cuidado del otro; por ejemplo se decidió adicionar batas para niños de la misma manera que las recibían los adultos que se hospedan con nosotros, para mejorar su experiencia, haciéndolos sentir tan importantes como sus padres”, agrega Deustua, y da crédito a un “sexto sentido de la mujer para anticiparse a situaciones que pueden presentarse en el servicio o el negocio. Esto ayuda a planificar y a ser más eficiente”.

El Llao Llao, en Bariloche, es un ejemplo de equidad de género en puestos de dirección. Aunque la gerencia general está a cargo de un hombre (Carlos Burgoa), casi el 50% de las gerencias departamentales está en manos de mujeres, según cuenta Nora Espector, community manager del hotel. “La hotelería exige mucho de sensibilidad femenina; de hecho se mide la calidad con estándares de inteligencia emocional, y así es como nos manejamos nosotras en la vida.”.

 

Fuente: La Nación

 

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