Como arte marcial de la PAZ y como mejor arte marcial de defensa, lsu internacionalización es lograda recién en el año 1980 en el III Congreso de la Federación Internacional de Aikido. Cuando las artes marciales se trasplantan a otros países, algunas Artes Marciales parecen perder sus características tradicionales y se convierten en un asunto solo de habilidad física, de manera que el centro del Arte se desplaza a los países que generan mejores competidores físicamente fuertes y técnicamente habilidosos. Ésta es una consecuencia de la Internacionalización. En lo que se refiere al AIKIDO, su esencia está integrada por la singularidad de la filosofía Japonesa. El significado de la internacionalización no es, pues que la tradición original se internacionaliza, sino que los practicantes de Aikido de todos los países se transforman y se unen a esa tradición.
La experiencia me indica que muchos que se acercan al aikido están impresionados por la espiritualidad japonesa y se dirigen al aikido porque parece que es lo mejor que simboliza esto. Y una vez que comienza el entrenamiento conocen la unidad del “YO” con el propio cuerpo con la naturaleza, y con el universo, y se convierten en alumnos para toda la vida.
Este tipo de acercamiento al Aikido origina una apreciación muy intelectual de su esencia, debida quizá al hecho de que entre los occidentales el Aikido tiende a atraer a gente educada y reflexiva, y puesto que son inteligentes, captan el Aikido tanto en su particularidad (la más alta expresión de espiritualidad japonesa) como en su universalidad (la belleza y racionalidad de los movimientos del Aikido).
Todo el secreto del Aikido reside en el significado de su mismo nombre: Ai=unión, Ki=espíritu, energía vital, Do= camino, en conjunto “El camino de unión y armonía con el universo”, por tanto es evidente que este arte es algo más que un simple estilo de lucha corporal y que en auténtico adepto ejerce una profunda influencia vital capaz de transformar y mejorar su personalidad y como consecuencia su vida.
Los continuos y rápidos cambios de formas de vivir, la ausencia de valores estables de la civilización actual imponen al individuo un esfuerzo constante de adaptación que acaba por alterar su sistema regulador y su equilibrio psicológico. Cual es la misión del aikido?.El Aikido en sus prácticas permite a nuestra personalidad definirse tal cual es, en su conjunto, el deseo de ser el más fuerte, el instinto de combatividad, el miedo a la agresión, el sentido egoísta, la vanidad, etc.,es decir ,todo aquello que motiva la mayoría de nuestras acciones ordinarias se manifiesta, pero no habiendo nada en el aikido que favorezca el desarrollo de estos efectos, acaban, por desvanecerse sustituidos por otras cualidades como la amistad, la solidaridad y la prosperidad mutua que la práctica va inculcando en el adepto.
Visto así, el aikido se convierte en un arte de autodisciplina en el que las técnicas no son más que el medio para conocer nuestras limitaciones, mejorar nuestras facultades físicas y psíquicas y pulir nuestro “YO”.
Fragmentos de “EL ARTE DE LA PAZ” Escrito poe Morehei Ueshiba.
El Arte de la Paz comienza contigo.
Trabaja sobre ti mismo y con la tarea que te ha sido asignada en el Arte de la Paz.
Todos tenemos un espíritu que puede ser refinado, un cuerpo que puede ser entrenado de cierta manera, un sendero conveniente para seguir.
Estás aquí con el solo propósito de darte cuenta de tu divinidad interior y manifestar tu iluminación innata. Alimenta la paz en tu propia vida y luego aplica el Arte a todo lo que encuentres.
El Arte de la Paz está basado en cuatro grandes virtudes: valor, sabiduría, amor y amistad, simbolizadas por el Fuego, el Cielo, la Tierra y el Agua.
No son necesarios edificios, dinero, poder o prestigio para practicar el Arte de la Paz. El cielo está exactamente allí donde te hallas y ese es el lugar para entrenarse.
Todas las cosas, materiales y espirituales, surgen de una misma fuente y están relacionadas como si formaran una familia. El pasado, el presente y el futuro están contenidos en la fuerza de la vida.
El Universo emergió y se desarrollo desde una fuente única, y nosotros evolucionamos a través del proceso óptimo de unificación y armonización.
El Arte de la Paz es la medicina para un mundo enfermo.
En el mundo existen el mal y el desorden porque la gente ha olvidado que todas las cosas emanan de una sola fuente. Regresa a esa fuente y deja atrás todo pensamiento auto centrado, todo deseo mezquino y toda ira. Aquellos que son poseídos por la nada poseen todo.
Si no te has unido a la verdadera vacuidad, nunca comprenderás el Arte de la Paz.
Ocho fuerzas sostienen la Creación: movimiento y quietud, solidificación y fluidez, extensión y contracción, unificación y división.
La vida es crecimiento. Si detenemos el crecimiento, técnica y espiritualmente, somos tan útiles como cadáveres.
El Arte de la Paz es la celebración del enlace del cielo, la tierra y la humanidad. Es todo lo verdadero, lo bueno y lo bello.
Contempla las obras de este mundo, escucha las palabras del sabio y toma todo lo que es bueno como propio. Con esto como base, abre tu propia puerta a la verdad. No desprecies la verdad que está justo ante ti.
Observa como fluye el agua en el arroyo de un valle, suave y libremente entre las rocas.
Aprende también de los libros sagrados y de la gente sabia. Cada cosa — incluyendo ríos y montañas, plantas y árboles — debería ser tu maestro.
No dejes de aprender de la voz pura del arroyo de montaña que fluye eternamente salpicando las rocas.
La paz se origina con el fluir de las cosas, su corazón es como el movimiento del viento y de las olas.
Si estás separado siquiera un poco de la esencia divina, estás lejos del sendero.
Tu corazón está lleno de semillas fértiles esperando brotar. Del mismo modo que una flor de loto surge del lodo para florecer en todo su esplendor, la interacción de la respiración cósmica hace florecer el espíritu para que de fruto en este mundo.
Estudia las enseñanzas del pino, del bambú y del pimpollo del ciruelo. El pino está siempre verde, firmemente enraizado y es venerable. El bambú es fuerte, resistente e inquebrantable. El pimpollo del ciruelo es vigoroso, perfumado y elegante.
Mantén siempre tu mente tan luminosa y clara como el vasto cielo, el gran océano y el pico más alto: vacía de todo pensamiento.
Mantén siempre tu cuerpo lleno de luz y calor. Llénate a ti mismo con el poder de la sabiduría y la iluminación.
El Arte de la Paz no es fácil. Es una lucha hasta el fin, la matanza de los malos deseos y de la falsedad interior. En algunas ocasiones, la voz de la paz resuena como un trueno, sacudiendo a los seres humanos y sacándolos de su letargo.
Para practicar adecuadamente el Arte de la Paz debes: calmar el espíritu y retornar a la fuente. Eliminar toda malicia, egoísmo y deseo para limpiar el cuerpo y el espíritu.
Sentir eterna gratitud por los dones recibidos del Universo, de tu familia, de la Madre Naturaleza y de tus semejantes.
La única cura para el materialismo es la limpieza de los 6 sentidos (ojos, oídos, nariz, lengua, cuerpo y mente).
Si los sentidos están obstruidos, la percepción se enturbia. Cuanto más turbia la percepción, más se contaminan los sentidos. Esto crea desorden en el mundo y ese es el mal más grande.
Refina tu corazón, libera los 6 sentidos y déjalos funcionar sin obstrucciones, y tu cuerpo y alma enteros brillarán.
Desde tiempos antiguos, el valor y el conocimiento han sido los dos pilares del Sendero: a través de la virtud del entrenamiento, ilumina tu cuerpo y tu espíritu.
El camino del guerrero se basa en la humanidad, el amor y la sinceridad; el corazón del valor marcial es verdadera valentía, sabiduría, amor y amistad.
Acentuar los aspectos corporales de la calidad del guerrero es inútil, porque el poder del cuerpo siempre es limitado.
El verdadero guerrero siempre cuenta con tres armas: la radiante espada de la pacificación; el espejo de la valentía, la amistad y la sabiduría; y la piedra preciosa de la iluminación.
Herir a un oponente es herirte a ti mismo. El Arte de la Paz es controlar la agresión sin producir daños.
Una buena postura refleja la actitud correcta de la mente.
La clave de la técnica es mantener manos, pies y caderas derechas y centradas. Si estás centrado, puedes moverte con libertad. El centro de tu cuerpo es el vientre; si tu mente también está allí, tienes la victoria asegurada en toda acción.
Muévete como un haz de luz; vuela como el rayo, golpea como el trueno, gira en círculos alrededor de un centro firme.
Las técnicas emplean cuatro cualidades que reflejan la naturaleza de nuestro mundo.
Según las circunstancias debes ser duro como el diamante, flexible como el sauce, de suave fluir como el agua, o tan vacío como el espacio.
Si tu oponente te ataca con fuego, responde con agua, hazte totalmente móvil y de libre fluir.
El agua, por su naturaleza, nunca choca con nada ni se quiebra. Por el contrario, absorbe todo ataque y queda indemne.
Cada día de la vida humana contiene ira y alegrías, dolor y placer, luz y oscuridad, crecimiento y decadencia. Cada momento está marcado con el gran propósito de la naturaleza, no trates de oponerte o negar el orden cósmico de las cosas.
La vida misma es siempre una prueba. Al adiestrarte debes ponerte a prueba y refinarte para poder afrontar los grandes desafíos de la vida.
Trasciende los límites de la vida y la muerte, y entonces serás capaz de enfrentar con calma y seguridad cualquier crisis que se te presente.
Agradece siempre, incluso las derrotas, las penurias y a las personas malas. Aprender a moverse con tales obstáculos es una parte esencial del entrenamiento en el Arte de la Paz.
El fracaso es la clave del éxito. Cada error nos enseña algo.
Tu espíritu es el verdadero escudo.
El Arte de la Paz es una forma de plegaria que genera luz y calor.
Olvida tu pequeño ser, libérate del apego a todo objeto, y emanarás luz y calor.
La luz es sabiduría; el calor es compasión.