Si bien las agencias de publicidad podrían considerarse precursoras en impulsar espacios descontracturados, ahora las empresas de tecnología se ubicaron a la vanguardia, señalando el camino hacia formas de trabajo más integradas, sin jerarquías físicas y con la flexibilidad y comodidad como condiciones básicas que, obviamente, se reflejan a su vez en las instalaciones que ofrecen a sus empleados.
“Las tecnológicas adoptan esto de manera natural porque no arrastran un pasado de compartimentos como otras compañías más tradicionales”, confía Víctor Feingold, de Contract. Omar Ossés, director de la consultora Taishi Consulting, cita el último libro de Peter Senge, donde se plantea que “un final del modelo de liderazgo de unos pocos orquestando desde sus oficinas, para movernos a un modelo de estilo colaborativo de liderazgo”. En efecto, coincide Paula Veronelli, gerente de Recursos Humanos de la tecnológica Red Hat, “en este tipo de entornos flexibles se genera una estructura colaborativa que facilita la interacción entre áreas y entre personas con diferentes jerarquías”.
En el caso de Microsoft, comenta su directora de Recursos Humanos, María Inés Calvo, “las oficinas 100% puertas abiertas incluyen más posiciones móviles y diversos espacios y áreas de trabajo común, así como ambientes de relax y diversión que promueven un contexto más saludable y distendido”. Y explica que “los espacios incluyen área de juegos, sala de yoga, livings informales para encuentros distendidos, salas de teleconferencia para empleados, cabinas para llamadas telefónicas privadas, dos cafeterías y una zona de silencio para aquellos que requieran más concentración en algún momento”.
Eliana Villanueva, de Iplan, reconoce que en su caso “no se construyeron oficinas abiertas desde el principio, sino que realizamos una remodelación que beneficiara la comunicación con los líderes, promoviera el trabajo en equipo o reuniones espontáneas para resolver problemas y que favoreciera el hecho de sentirnos parte”.
Fuente: Ieco