El futuro de nuestro mundo depende de nosotros los adultos y los modos de convivencia que tenemos con los niños, en este presente.
Interesante nota que nos puede hacer conscientes de cambios sociales que traen como consecuencias nuevas generaciones y maneras de vivir, generadas por nosotros, en los contextos actuales y las premisas culturales o expectativas sociales.
La negación con el argumento explicativo que sea, refuerza el círculo y válida la continuidad del fenómeno.
Qué mundo queremos ver en las futuras generaciones?
Qué hacemos hoy para la construcción de ese mundo que digo que quiero?
Ver nota:
El juego libre, la cercanía con adultos de confianza o la creatividad pueden remediar este déficit, afirman los expertos
Las prácticas sociales y las creencias culturales de la vida moderna están impidiendo el desarrollo saludable tanto emocional como cerebral de los niños, sugieren investigaciones presentadas en un simposio reciente, celebrado en Estados Unidos. No dar de mamar a los bebés, evitar reaccionar a sus lloros para no consentirlos o el hecho de que haya menos adultos pendientes de ellos (como consecuencia de la desaparición de las familias extensas) son algunos de esos hábitos negativos. Pero existen soluciones: el juego libre, un mayor uso del cuerpo (por ejemplo, bailando) o las actividades creativas pueden potenciar un correcto desarrollo del cerebro en cualquier momento. Por Yaiza Martínez.
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