Tres días de reflexiones sobre el quehacer del coach

Muchas gracias a todos los participantes por acompañarnos en estas reflexiones, para profundizar el quehacer del coach profesional, directamente de las fuentes de referencia desde donde el 90% del abordaje del coaching en latinoamérica emergió.
Como integrante del equipo Matríztico estoy muy feliz re-pensar lo que decimos que es coaching, desde adentro del quehacer mismo.
Muchas gracias!

Durante tres días consecutivos, el equipo de la Escuela Matríztica de Santiago compartió con un grupo de 30 personas provenientes de distintas partes de Latinoamérica y España conversaciones y reflexiones que versaron principalmente sobre el quehacer del coach y la relación coach-coachee.

En este encuentro surgieron una serie de preguntas y reflexiones sobre el origen de lo humano, el lenguajear, el escuchar, el conversar, la generación y conservación de una cultura como red cerrada de conversaciones. Esencial resultó ser la interrogante ¿cómo es que podemos hacer cosas juntos?, dada nuestra condición de seres biológico-culturales que, como sistemas determinados en nuestra estructura, no podemos especificar lo que el otro o la otra escucha de lo que nosotros decimos, sino que únicamente podemos gatillar en él o ella un proceso.

En este espacio conversamos también sobre el quehacer del coach y la relación coach-coachee para lo cual contamos con la participación –como profesores invitados- de Omar Ossés de Argentina, Arthur Asnis y Claudio Yusta de Brasil, quienes compartieron con el grupo sus testimonios sobre cómo su entendimiento de los fundamentos biológico-culturales de lo humano a partir de los procesos vividos junto a Matríztica ha transformado no sólo su quehacer profesional como empresarios, consultores y coaches sino la totalidad de las dimensiones de su vivir.

En torno a este tema, la reflexión fundamental que surgió fue que, ante todo, la relación coach-coachee es una relación entre personas y que en el quehacer del coach -tal como en el quehacer de cualquier otra profesión y oficio humano- hay que tener presente que uno no puede ayudar a otra persona, pero sí puede acompañarla e invitarla a reflexionar.

Al cierre del encuentro, el miércoles 23 de noviembre, preguntamos a los participantes qué dejaban y qué se llevaban de estos círculos de reflexiones y sus respuestas fueron evocadoras del proceso: “dejo certezas y me llevo preguntas”, “me llevo un agradecimiento por lo vivido”, “me llevo reflexiones”, “me llevo silencios”, entre otras.

 

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